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El espejo de la violencia escolar.

miércoles, 14 de mayo de 2008



El convencimiento de algunos sectores de la elite nacional, por los efectos positivos que trae consigo la globalización, que la entienden como; "el proceso de acelerada integración mundial de la economía, a través de la producción, el comercio, los flujos financieros, la difusión tecnológica, las redes de información y las corrientes culturales" (Fondo monetario internacional). Concretamente un proceso multidimensional, no solo económico, sino también cultural, político y social.
Los intercambios entre países desarrollados, en vías de desarrollo y los no desarrollados, no solo se desenvuelve en su principal eje económico, sino que genera una proliferación e intercambio de conductas culturales, sociales y políticas propias de las interrelaciones de los sistemas-países.
Una de estas conductas corresponde a la violencia entre los pares y específicamente en el ámbito educacional.
Para intentar comprender este fenómeno de la violencia en la educación, debemos conocer como juegan las componenetes de la globalización, la libertad individual y la capacidad de competencia son algunos de los elementos básicos del concepto y estos se traducen en la praxis en; la incesante búsqueda de los jóvenes por encontrar una identidad particular, la presión social por el éxito individual, etc, las cuales generan una cultura de la diferenciación, entre los "ganadores" y los "perdedores", que se expresa de manera "muy fuerte", casi podríamos decir que es uno de los motores sociales y económicos, ya que esto se traduce en competencia en todas las esferas de la sociedad.
La competencia exacerbada genera "tensiones" que se traducen en triunfalismos, frustraciones, resentimientos, sed de poder y en definitiva violencia social. Rojas (2006) realiza cierstas interrogantes en torno a esto; “¿Y qué pasa en una sociedad donde el valor central es el dinero, donde el individualismo es mejor visto que la solidaridad, donde los ganadores deben someter a los perdedores? Pasa que los que sienten que pierden con determinadas reglas, tratan de ganar con otras, porque ¿acaso no se trata de ganar y ser mejor?, y si no puedo hacer dinero con los negocios, entonces vale robar, y si no soy un ganador, entonces mejor me drogo o alcoholizo para no deprimirme, o me deprimo para esconderme, o me suicido para desaparecer. Y en esa dirección autodestructiva, ¿porqué habría de respetar a otros, si en definitiva el mundo entero es el culpable de mis desencantos?”
La violencia escolar es solo el reflejo de nuestra propia violencia como sociedad, nos permitimos violentar y ser violentados, exigimos, presionamos y culpamos a nuestros pares. Sin embargo me abriga la esperanza en que el ser humano se cansara de esto, y seguramente encontrará su destino, un destino mucho más elevado que ser un estúpido triunfador. Y cuando el ser humano encuentre ese camino, seguramente que los niños y los jóvenes nos enseñarán antes que nadie de lo que es capaz el ser humano cuando se le abre el futuro.

REFERENCIAS
Rojas Hernández Ramón, 2006, “Violencia escolar y globalización: el sometimiento social y cultural a las leyes del mercado” articulo, imc-canarias@lists.indymedia.org

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